viernes, 18 de junio de 2010

El yoga es algo más que estiramientos


El yoga es algo más que estiramientos. Las posturas, la respiración y la meditación son prácticas que nos llevan hacia adentro, deben ser equilibradas con lo externo. ¿De qué manera tratamos o maltratamos nuestros cuerpos y nuestras mentes? ¿Cómo nos llevamos con las demás personas? ¿Cuál es nuestro modo de vida? ¿Prestamos oídos a nuestro corazón o nos cerramos ante los mensajes que nos envía? El enjuiciamiento de los demás puede llevarnos a cerrar nuestro corazón.

Cuando Siddharta era un joven príncipe, se lo mantenía dentro de los muros del palacio para impedir que viera el sufrimiento normal y cotidiano de la humanidad. El día que se aventuró a salir, su corazón quedó desgarrado al ver lo que le habían ocultado. Dejó su protegido refugio y salió a buscar la "verdad". Cuando alcanzó la Iluminación ("Buda" quiere decir "iluminado") proclamo que la vida es sufrimiento. No era una declaración puramente verbal, sino el producto de sus observaciones. Se dio cuenta de que el único lugar en que uno puede encontrar refugio es en la profundidad de su propio ser, y les enseñó esto a los demás.

El camino que lleva a ese refugio es amar y ser amado. Servir a los demás y aprender a abrirse para ser servido.

Todas las grandes religiones y sistemas espirituales del mundo nos dicen que, si alguien brinda un servicio a otro ser menos afortunado, purifica su corazón. Y cuando nuestro corazón está purificado, sabemos quiénes somos realmente.

En Occidente al yoga se lo conoce principalmente a través del Hatha Yoga (la vertiente psicofísica) sin embargo en otros lugares del mundo las formas del yoga más practicadas son el Karma Yoga (servicio) y el Bhakti Yoga (devoción). Si se las practica todas juntas, forman una unidad, como la mano y el corazón.

Es muy difícil separar la mano que realiza el servicio, del corazón que ama: parecerían armonizar entre sí a la perfección. Si carecemos de habilidad para realizar un determinado servicio, podemos compensarlo con una cuota generosa de amor; análogamente si nuestro amor no es absoluto, podemos compensarlo con un servicio diligente. Éste es en gran parte el reto de los tiempos modernos. Por ejemplo algunos piensan que no es necesario que un médico ame a su paciente en la medida en que posea gran capacidad profesional, pero estamos aprendiendo que tanto la capacidad y el amor son necesarios. Si alguien se preocupa de veras por uno y desea que sane, hay muchas más probabilidades de que eso suceda.

Una vez visitaba un hospital del sur de la India. Era a la mañana bien temprano y el turno nocturno iba a cambiar por el diurno. Antes de ver a los pacientes, los del turno diurno se reunieron y recitaron una plegaria por el bienestar de todos. Después dijeron al unísono "Por favor, Señor, permítame que con lo que haga el día de hoy pueda aliviar algún sufrimiento. Y si no soy capaz de ello, al menos permite que no sea la causa de ningún sufrimiento."

Si a nuestras acciones cotidianas les agregamos buenas dosis de bhakti (devoción) y amor, podremos conseguir milagros.


Nischala Joy Devi
Extracto de "Yoga: camino de sanación"

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