lunes, 13 de diciembre de 2010

La vida con propósito

Cada día encontramos más personas que dicen no sentirse bien. Están cansadas de hacer esfuerzos en una dirección y en otra sin conseguir sentirse completas y describen su situación como un estado de tristeza continuada y cierto grado depresivo.

Es normal que una persona pueda atravesar una intensa crisis personal producida por alguna situación de cambio (profesional, amorosa, hijos, muertes, etc.) y que los sentimientos de angustia o confusión le desborden en un momento dado. Podríamos decir que eso forma parte de lo natural.Lo que ya no es tan natural es que ese estado se instale sin causa real y se origine un desgaste que desequilibre completamente la estructura psicológica.

Como consecuencia de la insatisfacción y el sufrimiento prolongado, se va produciendo un desequilibrio emocional más agudo (tristeza permanente, irritación, desesperanza) que termina en un comportamiento apático y falto de motivación. Conocer que existe un propósito trascendente en lavida, cambia el comportamiento del ser humano porque desde el momento que descubrimos que la meta esta en la realización del Ser, todos nuestros pasos adquieren una dirección diferente.

Es precisamente el desconocimiento de este propósito lo que hace que la vida y sus movimientos carezcan de sentido y que nuestras esperanzas vayan mermando. Ocurre, que la sociedad al no podernos dar respuestas trascendentes nos ofrece proyectos pasajeros en los que depositar todas nuestras expectativas e ilusiones, y desde la infancia se nos trasmite que lo importante es tener unos estudios, una buena posición social, un trabajo bien remunerado, una buena pareja. Nos hacen creer que todo ello nos va a dar la plenitud y el problema aparece cuando con muchísimo esfuerzo vamos conquistando esos retos que nos han propuesto pero comprobamos que la insatisfacción no desaparece una vez conseguidos los objetivos.

En realidad lo que ocurre es que hemos alterado el orden de los factores. Cuando comprendemos que la meta no es el coche, la familia, los negocios o el sueldo de fin de mes, sino que todo ello es un medio para conseguir el verdadero Fin (la realización), la tensión interna y el sufrimiento comienzan a decrecer y empezamos a fluir con la vida de manera mucho mas armónica. Desde las vivencias más complicadas hasta las mas felices, desde nuestros complejos y limitaciones hasta nuestras mejores cualidades, adquieren un significado porque entendemos que todo ello está ahí por algo y que no es cuestión de buena o mala suerte sino que como dice la ley, todo lo que existe, existe porque es necesario y aunque nos resulte desagradable o poco grato de sobrellevar, seguro que es conveniente para nuestro crecimiento y evolución.

Los propósitos transitorios seguirán estando presentes en nuestra vida, pero todo el marco en el que se irán desarrollando las experiencias para alcanzarlos, serán un motivo más, una nueva oportunidad para expresarnos desde lo profundo, de verdad y desde ahí resolver con éxito cualquier empresa que se presente.

Y es así como vamos madurando, día a día con cada proyecto, con cada decisión que tomamos, atendiendo las situaciones que se nos presentan sin darles la espalda, actuando. Todo nos va forjando pero ya no desde la resignación o desde el ¿por que a mi? sino desde la comprensión de que la vida y su sucesión de movimientos están creando a cada instante una danza inteligente en la que uno marca su paso, encuentra su ritmo y escucha el sonido de su yo profundo guiándole hacia espacios de verdadera realización.

Y entonces uno se siente esperanzado, siente que la vida si merece la pena, sabe que no es fácil pero apuesta por vivir con compromiso. Cada decisión que toma le trae unas consecuencias, pero se hace responsable de ellas sin echar la culpa al entorno o a esferas más altas si las cosas no han salido como se esperaba.

La realización es la meta final y la vida llena de matices, colores y formas son el camino por el que transcurrimos aprendiendo, mejorando y creciendo. Hacer esta travesía divisando el horizonte y sabiendo que no somos hojas a merced del viento, sino que con nuestros actos vamos definiendo nuestro futuro, resulta una estupenda aventura en la que adentrarnos, sabiendo que como toda aventura que se precie, tendrá sus momentos mas delicados en los que habrá que penetrar en espesos bosques de duda y confusión, pero también podremos disfrutar de esplendidos tesoros que aparecerán ante nuestra vista y que harán que nuestra aventura realmente, merezca la pena.


Fuente: Uma, Escuela de Yoga Naradeva