lunes, 1 de marzo de 2010

El propósito del Yoga

El Yoga es una forma de vida. No tiene nada que ver con cierta tradición mística. El ser humano
es un conjunto de tres cualidades: cualidad de la cabeza, del corazón y de las manos. La cualidad de la cabeza sería la habilidad intelectual. La cualidad del corazón sería la habilidad emocional. La cualidad de las manos sería la habilidad de realizar, de actuar. Se ha de interactuar con las tres. Se necesita las sensaciones, los sentimientos y la cabeza. Lo que nos hace seres humanos es esa unión de cabeza, corazón y manos.

El Yoga no comienza ni con el cuerpo ni con la mente; comienza con el reconocimiento de una necesidad en nuestra vida, una necesidad de cualquier forma tanto física, emocional, espiritual como filosófica. Llegamos al Yoga cuando somos conscientes de que ello puede enriquecer nuestras vidas. El ser humano en su totalidad requiere de bienestar físico, percepción espiritual y armonía emocional. El intelecto es una facultad del ser viviente, no es exclusivo del ser humano. Esta inteligencia debe ser guiada y nutrida. Pensamos en el intelecto como función cerebral; lo que entra en nuestro cerebro no es conocimiento, éste llega por la experiencia, el estudio y permanece como una impresión dentro de nosotros. Nos damos cuenta que no podemos aplicar ese conocimiento en la vida diaria porque, aunque permanece en nosotros, no podemos actualizarlo; cuando se actualiza ese conocimiento decimos que es sabiduría. La manifestación del conocimiento superior es la sabiduría.

Hay momentos en que la discriminación es difícil, moviéndonos en: correcto- incorrecto, positivo – negativo. Este conflicto nos lleva a la tensión y al estrés y nos vemos afectados por ellos. Si miramos al corazón, veremos que siempre nos encontramos igual, porque siempre intentamos llenar nuestras expectativas y deseos. A veces, intentando llenar esas expectativas, aparecen los bloqueos. 

Las expectativas que tenemos en la vida generan tensión emocional al igual que padecemos de tensión intelectual y tensión en nuestra vida activa. Es este estallido que genera los problemas físicos y psíquicos. Los problemas emocionales generan -por lo general- problemas en el aparato respiratorio, la confusión y los problemas intelectuales lleva a los problemas de digestión en general; el yoga es importante para el estrés intelectual; cuando el estrés llega a su límite afecta al cuerpo. El estrés es normal, lo que hay que evitar es la sobrecarga, y para poder manejarlo hemos de enfrentarnos a nosotros mismos de forma natural.

Una persona con exceso de confianza en sí misma pierde el punto focal: la flecha irá muy lejos y la depresión que le causó la primera flecha le impedirá que la siguiente flecha haga diana. Una persona con autoestima baja no logrará lo que quiera lograr: la flecha se quedará a mitad de camino. Una tercera flecha, disparada sin más, sin prepararse, llega y hace diana ¿Quién disparó la flecha? ESE ERA YO, NATURAL Y ESPONTÁNEO.

Para manejar el estrés se ha de ser uno mismo, no identificarse con el entorno (si hace calor, no pensar en que hace calor, sino ver si tenemos calor y poner remedio). Las personas nos movemos en dos áreas: área de preocupación y área de influencia. Acostumbramos a dirigirnos en exceso a nuestras áreas de preocupación sin ocuparnos por el área de influencia. ¿Cuál es nuestra área de influencia? Acostumbramos a echar la culpa a las circunstancias externas pero no a las nuestras, y ahí sí es
el área de influencia en la que podemos actuar. Al tomar conciencia de esas áreas de influencia es más fácil porque hay menos conflicto y obtenemos la habilidad de manejar nuestras respuestas. Así, el estrés no se sale de su sitio, sino que se convierte en el motor de nuestra vida sin que nos afecte negativamente. Éste es el comienzo de la percepción yóguica.

En el Yoga podemos encontrar diferentes tradiciones, pero el Yoga es un concepto muy vasto. ¿Cuántas especializaciones médicas existen? En la medida en que trabajemos en esa área, nos haremos expertos. Algunos se vuelven expertos en postura, otros en Meditación... El verdadero Yoga trata a la persona de forma integral.

En este proceso miramos los problemas físicos y cómo eliminarlos. Enfermedad es la perturbación de la tranquilidad del cuerpo. Para poder sentir bienestar, el cuerpo ha de estar bien consigo mismo. Si uno no está cómodo con el cuerpo, aparece la enfermedad. ¿Qué siente nuestro cuerpo?, ¿Cuántas veces nos lo hemos preguntado? Sólo tomamos conciencia cuando tenemos problemas.

No hay duda de los éxitos de la medicina; pero sólo se trata los síntomas y no la causa. Muchas veces no conocemos la causa y sólo podemos interiorizar la conciencia y vemos que tenemos un cúmulo de tensiones dentro. La tensión nerviosa, muscular y emocional se libera con la práctica de Savasana. Tenemos cuatro tipos de ondas cerebrales. La tensión cerebral hace a la persona muy sensible: a la luz, los ruidos. La tensión emocional puede deberse a la insatisfacción de la vida. Todos los tipos de estrés pueden tratarse con la práctica de Savasana. Observando nuestro propio cuerpo es como podemos diluir las tensiones. El Yoga permite que el cuerpo entre en un estado de liberación. El reconocimiento de las condiciones físicas coresponde al Hatha Yoga (Asanas y Pranayama) pero, el propósito del Hatha Yoga es más profundo: es el reconocimiento de las energías que gobiernan el cuerpo y la mente; siendo su objetivo, el control de dichas energías.

El Yoga dice que dentro de este cuerpo físico hay cuatro más, emocional, mental, intelectual y espiritual. El Hatha Yoga intenta quitar los bloqueos de los cuerpos físico, emocional y mental.
Otros aspectos a tener en cuenta es la mejora en los hábitos de vida; nuestra vida la gobiernan los hábitos (fumar, la manera de ver las cosas, por ejemplo) En los hábitos tenemos dos aspectos; el sutil y el burdo. ¿Por qué fuma la gente? Para sentirse bien. Modificar los hábitos es una dimensión, más allá, de lo que el Yoga puede hacer por nosotros. Hemos de reconocer lo que necesitamos en nuestras vidas. Hábitos Un buen hábito es aprender cómo relajarse. Otro, cómo eliminar lo que hay acumulado en la mente. Ser consciente de uno mismo. Convertir el proceso de autoconciencia en un proceso de autoanálisis. Buscar las fórmulas para mejorar los aspectos de la vida.

Cuando se acuesten empleen cinco minutos en revisar todo el día y recordar las situaciones que tuvieron influencias positivas o negativas sobre nosotros; si algo influyó positivamente, agradezcámoslo. Si encontramos dificultades; volver a mirarlas y preguntarnos ¿cómo lo haría si pudiera volver a hacerlo?  Tal vez no haya soluciones fáciles, pero seguro que se puede escoger de manera inteligente. De nosotros depende escoger la fórmula inteligente. Con la autoconciencia y el autoanálisis mejoran nuestra percepción y encontraremos ese ser interno que tenemos.

Yoga es un esfuerzo para transformarse a uno mismo. Yogui no es quien practica Meditación, Yogui es la persona que vive en cada momento con optimismo y positividad, tomando conciencia y utilizando las cualidades de cada uno. Miraré no lo que como, cómo visto, sino cómo pienso, cómo vivo.

Tiene sentido ser un ser humano con más sabiduría. Ese es el propósito del Yoga; realizar la naturaleza del cuerpo, mente y espíritu, conectarse con el entorno y la humanidad de la que somos parte, aprendiendo a estar serenos y disciplinados.

Autodisciplina y autocontrol son objetivos del Yoga. En la libertad y en la disciplina se llena, se cumple el propósito del Yoga.

Tratemos de caminar ese sendero, con sinceridad, sencillez y compasión. Y si somos capaces de dar ese primer paso, nada nos podrá detener. Cuando el día esté triste y oscuro, no permitir que afecte a tu corazón; es mejor encender una pequeña luz aunque sólo nos dé un destello. Si decimos una oración por la libertad del mundo, todos veremos el amanecer.


Swami Niranjanananda Saraswati
Bihar Yoga Bharati, India