domingo, 15 de julio de 2012

Con un Sí completo, nos volvemos uno en corazón y alma





Sí significa que asiento a algo tal como es, estoy de acuerdo. De esa manera asiento a una persona tal como es. Más aún: Estoy de acuerdo en compartir mi vida con ella. Por ejemplo,cuando le doy mi Sí. También en general, en todas partes de mi vida, gano a alguien o algo cuando le digo Sí a él o a eso tal como es.¿Qué sucede conmigo en ese instante? ¿Qué sucede con el otro? También él o eso giran hacia mí. También ellos me dicen “Sí”. Cuando para ambas partes se transforma en un Sí completo,nos volvemos uno en corazón y alma. Sin embargo, a menudo nuestro Si es un Si limitado, un Si con objeciones, un Si con un No.


¿Qué  sucede  con  nosotros  entonces?  ¿Qué  sucede  con  el  otro?  ¿Qué  sucede  con  nuestra relación? ¿Sigue siendo confiable? ¿Está parada sobre pies inseguros? ¿Cuánta seguridad nos ofrece? ¿Comenzamos a dudar de ella? ¿Podemos volver a retomar ese Sí para que se transforme en un Sí completo? La pregunta es, qué caminos están abiertos para nosotros.


El primer Sí está dirigido hacia nosotros tal como somos, exactamente tal como somos, sin quitar nada. Un Sí a eso que llamamos nuestro lado bueno y un Sí a aquello que nosotros y otros rechazamos de nosotros. Por ejemplo, una discapacidad, o una debilidad, o una culpa con sus consecuencias.A pesar de todo nos esforzamos para lograr ese Si, con humildad y con amor.¿Qué  sucede  después?  ¿Qué  sucede  con  otras  personas?  ¿Qué  sucede  con  un  animal  que comparte su vida con nosotros? ¿Qué sucede con la naturaleza que nos rodea, que tal vez depende de nuestro cuidado?¿Cómo cambian? ¿Cómo se dirigen hacia nosotros? ¿Qué sucede con nuestro Sí hacia ellos y el Sí de ellos hacia nosotros? Íntimamente ligado al Sí hacia nosotros está el Sí a nuestro origen, el Sí a nuestra madre, el Sí a nuestro padre, el Sí a todos los miembros de nuestra familia tal como son, el Sí a nuestra patria, el Sí a nuestra cultura e idioma y el Sí a su destino.


Ahora cerramos los ojos y revisamos, dónde nuestro Sí se aparta de esa totalidad. Si tal vez con el correr del tiempo se convirtió en su opuesto, de manera que en su lugar hay un No. Paso por paso le damos la prioridad al Sí. Paso a paso dejamos atrás las objeciones hacia ese Sí. Paso a paso permitimos a nuestro corazón y a nuestro amor que se vuelvan amplios y abiertos. Cada vez abrimos más nuestros brazos. Permitimos que nuestros ojos brillen con un Sí radiante, con un Sí amplio, con un Sí completo.Aunque del lado contrario se muestre una duda, nosotros nos mantenemos firmes  con nuestro Sí.


¿Qué tipo de milagros suceden de repente? ¿Qué felicidad brilla? ¿Qué paz hace su entrada y qué amor? Todo crecimiento, todo progreso, comienza con un Sí. Toda vida, toda evolución, toda plenitud al final comprueba ser un único y abarcativo Sí. Todo lo creativo que logremos en nuestras relaciones, todo lo sanador, toda reconciliación, todo nuevo comienzo, son un Sí pleno que, superando todo obstáculo, a lo nuevo le dice “Sí”. Ese Sí desea y ama, nos pida lo que nos pida y, sobre todo, aquello que nos regala a nosotros y a otros.


Bert Hellinger
http://www.constelamerica.com.ar/

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