Todo es vano.
Los budas sólo pueden mostrar el camino. Tú tendrás que andarlo, nadie puede andar por ti.
Nadie puede hacerlo por ti; la existencia no admite a representantes en tu nombre.Sí, los otros pueden comunicar cómo lo han conseguido, qué dificultades hay que evitar, cómo juzgar si vas o no en la dirección correcta, qué energías utilizar y cuáles descartar, qué es lo que ayuda y qué obstaculiza. Pueden darte pequeñas pistas acerca del camino. Y digo «pequeñas pistas», tampoco pueden darte un mapa completo, porque cada individuo tendrá que seguir un camino un poco diferente y cada individuo irá a través de experiencias únicas.
Experiencias que nadie ha tenido antes y que quizá nadie vaya a tener jamás.Cada individuo es tan único, que no se puede ofrecer un mapa absoluto; tan sólo se pueden ofrecer pistas, pistas vagas, indicaciones. No tienes que aferrarte a esas indicaciones. Sólo entiéndelas, absórbelas y no seas fanático. No digas: «Esto tiene que ser así; y si no es así, no voy a hacerlo, algo está mal.» Será algo parecido a eso, pero de una manera muy vaga. Tendrá una fragancia similar pero no será exactamente lo mismo. Uno tiene que ser consciente de esto. Si no lo eres, entonces te vuelves fanático. Y los fanáticos no han llegado nunca. Su mismo fanatismo se lo impide.
Experiencias que nadie ha tenido antes y que quizá nadie vaya a tener jamás.Cada individuo es tan único, que no se puede ofrecer un mapa absoluto; tan sólo se pueden ofrecer pistas, pistas vagas, indicaciones. No tienes que aferrarte a esas indicaciones. Sólo entiéndelas, absórbelas y no seas fanático. No digas: «Esto tiene que ser así; y si no es así, no voy a hacerlo, algo está mal.» Será algo parecido a eso, pero de una manera muy vaga. Tendrá una fragancia similar pero no será exactamente lo mismo. Uno tiene que ser consciente de esto. Si no lo eres, entonces te vuelves fanático. Y los fanáticos no han llegado nunca. Su mismo fanatismo se lo impide.
Estas son pequeñas pistas. No son algo matemático, no son como el dos y dos son cuatro. En el mundo de lo misterioso, algunas veces dos más dos son tres, otras veces dos más dos son cinco. Es muy raro que dos más dos sean cuatro, muy raro. Es una excepción, no es la regla. No son matemáticas, es música. No es lógica, es poesía.Cuando lees un tratado lógico, lo lees con un tipo de mente. Si lees poesía necesitas otro acercamiento totalmente diferente. En la lógica hay un proceso claro, el proceso del silogismo. Sabes que esto es así, que lo otro es así, y que por consiguiente lo de más allá será así. Hay un «por consiguiente».En la poesía no hay ningún «por consiguiente». La poesía da saltos cuánticos. La poesía es una visión, no un proceso lógico; una canción, no un silogismo. Sí, incluso la canción posee cierta lógica intrínseca, pero esa lógica no está en la superficie. Y esa lógica no la perciben los que recorren el camino, la perciben los que han llegado.
Una vez que has llegado verás la lógica de cada paso que hayas dado, pero no antes de ello. Verás por qué tuviste que saltar, por qué tuviste que dar un determinado paso. Cuando lo diste, nada estaba claro, nada era absolutamente cierto ni estaba garantizado. Diste el paso de acuerdo con lo que sentías, no de acuerdo con lo que pensabas. Pero más tarde, recapitulando, mirando hacia atrás, se puede revivir el pensamiento. Ahora puedes buscar la corriente lógica subyacente.Los que han llegado son muy lógicos. Pero si los que están en el camino intentan ser lógicos, nunca sobrevivirán. Ésta es una de las paradojas a comprender. Por eso los aforismos de Buda, Tilopa, Saraha y Atisha son verdaderamente lógicos, pero sólo para aquellos que han llegado. La lógica sólo pude sentirse mirando hacia atrás.Cuando progresas hacia la meta, lo supremo, todo es vago, todo está oculto en una nube. Es como la niebla matinal. Más tarde, en la plenitud del mediodía, la niebla habrá desaparecido. Pero ese mediodía pleno tiene todavía que suceder.
Así que estas instrucciones tienen que ser pensadas, meditadas, sentidas. Pero no las tomes con una seriedad de muerte.Habrá algunas diferencias. Algunas cosas sucederán en tu camino que no le sucedieron a Atisha en el suyo. Algunas cosas sucederán en tu camino que no sucedieron en el mío. En el mundo existen tantos caminos como personas. Nadie puede estar en tu lugar, incluso aquellos que están muy cerca de ti no están exactamente en el mismo lugar que tú. Tu ángulo de visión será un poco diferente al ángulo de visión de alguien que se encuentra a tu lado, dándote la mano. No hay dos personas que puedan ver el mundo exactamente de la misma manera, es imposible. Y todos tienen que operar desde su lugar, desde su estado.Atisha existió hace mil años. Debe haber visto un mundo totalmente diferente, debe haber transitado por un mundo totalmente diferente, con un lenguaje diferente. Un mundo donde prevalecía un tipo de comprensión diferente, donde todavía eran válidas cierto tipo de actitudes, de posiciones.Ahora éstas ya no son válidas, ya no son pertinentes, aquel mundo ha desaparecido. El mundo de Atisha ya no existe.Aun así, sus instrucciones, si no se toman fanáticamente, son de tremenda importancia. Si las tomas fanáticamente no has entendido su propósito.
Uno tiene que estar muy suelto y relajado.Cuando pienses en los budas del pasado, estate a su disposición, ábrete a ellos; pero sin aferrarte, con distancia, sabiendo muy bien que «Yo no soy Atisha, así que ¿cómo puedo seguir esas instrucciones absolutamente?».Pero Atisha no te dice que sigas sus instrucciones absolutamente. Él simplemente te ofrece un destello de su visión y de la manera en que ha llegado a ella. El sólo comparte contigo su poesía, su compasión.Recuérdalo. De lo contrario, es muy fácil volverse fanático.
¿Por qué se vuelven fanáticas millones de personas? Por una sencilla razón: al hacerte fanático evitas el experimentar, al hacerte fanático evitas el pensar por ti mismo, el sentir por ti mismo. Al convertirte en un fanático dejas toda la responsabilidad sobre los hombros de otro: Jesús, Buda, Krishna, Atisha.
Recuerda: tu responsabilidad es tal, que no la puedes pasar a ningún otro, no la puedes arrojar sobre ningún otro. Tu responsabilidad es absolutamente tuya. Tú tendrás que pensar, tú tendrás que sentir, tú tendrás que meditar, tú tendrás que andar. Y déjame que te recuerde de nuevo: quizá te encuentres en situaciones en las que Atisha nunca se encontró.
Recuerda: tu responsabilidad es tal, que no la puedes pasar a ningún otro, no la puedes arrojar sobre ningún otro. Tu responsabilidad es absolutamente tuya. Tú tendrás que pensar, tú tendrás que sentir, tú tendrás que meditar, tú tendrás que andar. Y déjame que te recuerde de nuevo: quizá te encuentres en situaciones en las que Atisha nunca se encontró.
Osho
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