Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer un alma. Y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no significa siempre seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas… Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un adulto y no con la tristeza de un niño. Aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos, y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado… Aceptarás que incluso las personas buenas podrían herirte y alguna vez necesitarás perdonarlas… Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma… Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos para destruirla, y que tu también podrías hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida. Aprenderás que las verdaderas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias. Y que no importa qué es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida. Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.
Aprenderás que la circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar. Descubrirás que lleva mucho tiempo llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto. Aprenderás que no importa donde llegaste, sino dónde te diriges y si no lo sabes, cualquier lugar sirve… Aprenderás que si no controlas tus actos, ellos te controlarán, y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados. Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias.
Aprenderás que la paciencia requiere práctica. Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos. Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones. Aprenderás que cuando sientes rabia tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel. No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo. Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar su alma, en vez de esperar que alguien traiga flores.
Entonces sabrás que realmente puedes soportar, que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más. Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.
William Shakespeare
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